26 abr 2011

¿Por qué corro así? (II)

Tras mucho leer, ver vídeos y contrastar opiniones (la mayoría en inglés), me pareció que el concepto que defiende el "barefoot running" era de una lógica aplastante y para acabar de convencerme hice lo que hay que hacer: descalzarme y correr (trotar suave) unos metros. Invito a todos a hacerlo, y no por el césped o la arena de la playa, sino sobre cualquier superficie mínimamente lisa y cómoda (el cemento o el asfalto valen...)
Aunque no soy un entendido en la materia ni pienso sentar cátedra acerca de técnicas ni estilos, en cuestión biológica, anatómica y biomecánica, la manera de correr "tradicional" es un absoluto despropósito.

Una vez decidí que quería cambiar mi forma de correr (eso hay que decidirlo, no sale de forma natural a no ser que corras descalzo), me pasé por lo menos un mes concentrado únicamente en no impactar con el talón sino hacerlo con la zona del metatarso. Como dato curioso, las molestias en la rodilla desaparecieron pronto, pero aparecieron las que tenían que aparecer: gemelos y sóleos. Digo que tenían que aparecer porque de alguna manera las esperaba; toda la información que había leído me indicaba que había llegado a ese punto en el cual el cuerpo estaba usando unos músculos y tendones que nunca había usado (de manera notoria) en la carrera. Estaban totalmente anestesiados por el uso de zapatillas con amortiguación y por la manera de impactar con el talón en el suelo.

Hasta el momento seguía con mis zapatillas New Balance (running tradicional) pero haciendo esfuerzos terribles por pisar de aquella manera tan curiosa; al finalizar cada entrenamiento, corría descalzo una metros, que se fueron convirtiendo en kilómetros.
No acababa de sentirme cómodo, como era evidente, y siguiendo los consejos de los chicos de www.correrdescalzos.es decidí prescindir de una vez por todas de las zapatillas tradicionales. Me compré unos escarpines Seac en el Decathlon (7,95 euros) y me puse a correr con ellos.
Hay que tener en cuenta que ya había pasado la peor parte, la de adaptación de la pisada, pero aún así estaba muy pendiente de lo que el cuerpo me decía (dolores, molestias...) y de no excederme en las distancias ni en las intensidades.

Estar atento a estos detalles (y a muchos más que ya contaré) requiere gran concentración. A pesar de esta concentración (o gracias a ella) ahora me divierto, sonrío y disfruto mientras corro.

Mientras corro, sufrimiento CERO; esa es la clave, MI clave.

Continuará...


Entrenamiento:
Salida corta y suave por la pista completando la salida de ayer.
Distancia: 4,75 km
Tiempo: 26:50 min
Ritmo: 5:39 min/km
Velocidad: 10,62 km/h

6 comentarios :

La clave de cada uno es su propia experiencia. Muy bien explicado todo. Besos

Amigo Gustavo, los runners somos un poco secta...pero tú estás en una secta dentro de una secta :)
Si te va bien, adelante.

Me he quedado anonada! Corres descalzo... y sin sufrir???
Esperamos más detalles, porfa, que parece interesante.
Un saludo

Y yo que creo que si corro descalzo me desarmará al cuarto paso...

Por cierto, acabo de ver que te quedan 2 kilómetros para conseguir tu reto, no? Eso esta hecho!!!!

Bueno, todavía no he acabado la "crónica", ja ja. Pero si que he corrido descalzo, de hecho procuro hacerlo de vez en cuando. Si el terreno es "ingrato" me calzo con algo de suela flexible y sin amortiguación. Es fundamental hacerlo para conocer lo que se está haciendo mal. El cuerpo te lo dice.
En cuanto a los 2 kilómetro que me faltan, no es del todo correcto porque están sin anotar los últimos 4,75 que procedo a sumar ya mismo. Gracias por el recordatorio :-)
Y por los comentarios de todos!!!

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