Estas últimas semanas he visto proliferar en la blogosfera nacional algunos posts haciendo referencia a la tendencia "barefoot" y "minimalista". Como comenté en posts anteriores, no pretendía hacer de este blog un lugar de propaganda ni de defensa del correr descalzo o del "minimalismo", pero leyendo esas entradas en blogs ajenos, necesito aclarar algunos puntos. Esperando que nadie se ofenda y sin pretender sentar cátedra sobre nada en concreto, me gustaría dar mi opinión sobre algunas cuestiones basándome en mis experiencias personales, mis lecturas y mis impresiones. Separaré las cuestiones por "puntos" para que ustedes, queridos lectores, puedan rebatirlas, discutirlas o ponerlas a parir. No se corten, me encanta leer opiniones ajenas y probablemente con más fundamento y experiencia que las mías...
Punto 1: El desconocimiento de la técnica de correr descalzo (barefoot) es inmenso.
- Cierto.
El movimiento como tal nace en los Estados Unidos y se suele decir que a raíz del famoso libro escrito por Christopher McDougall,
Born to Run, muy de moda por estos lares debido a la
reciente traducción. Supongo que en verano será el libro de viaje para muchos
runners españoles, que en su mayoría lo tomarán simplemente como una
novelita entretenida.
Incluso en EEUU, el barefoot o el minimalismo (hablaré más adelante de esto) es un gran desconocido, y pese a que las grandes marcas deportivas están siguiendo la corriente muy de cerca y lanzando modelos específicos, hoy por hoy en la gran mayoría de las tiendas deportivas, las
VFF o las
Saucony Hattori (por citar algunos ejemplos), siguen estando en la sección "calzado cómodo". La sección running sigue siendo propiedad de la amortiguación.
La cuestión del barefoot y/o minimalismo en España es, en general, desconocida, ignorada, criticada, decepcionante y penosa.
Punto 2: La técnica barefoot no produce lesiones.
- NS/NC.
Peliaguda cuestión. Aún contando con algunos estudios de doctores que aseguran los beneficios del "barefoot", sólo el tiempo dirá si es así o no. Hay que tener en cuenta que la tendencia se extendió hace poco tiempo, con lo cual es algo prematuro sacar conclusiones. Lo que si está claro es que el uso de zapatillas deportivas, la clasificación de la pisada según su supuesto tipo o el uso de plantillas y demás inventos modernos, no han disminuido un ápice el número de lesiones en los corredores. ¿Hora de cambiar?...
Punto 3: Los zapatos (zapatillas deportivas) nos hacen correr de manera NO NATURAL.
- Rotundamente cierto.
Basándome en el estudio más conocido sobre el barefoot, realizado por el Dr. Daniel E. Lieberman (y colaboradores) es fácil realizar esta aseveración, pero en lo que realmente me baso es en la propia experiencia. Simplemente hay que correr descalzo unos 10 metros para darse cuenta de que la tendencia natural del cuerpo humano al correr es totalmente distinta haciéndolo descalzo que con zapatillas amortiguadas. Pruébenlo.
Aunque tenga el enlace en la parte derecha de mi blog, aquí va el estudio citado antes para que luego no se diga que me invento las cosas. =8^)
Punto 4: Se puede practicar el Barefoot usando zapatillas (minimalismo).
- Cierto.
Como mencioné antes, muchas marcas deportivas se están sumando al movimiento barefoot haciendo aportaciones con modelos minimalistas. Evidentemente y salvo algunas excepciones que apuestan claramente por este movimiento, las grandes marcas simplemente intentan acaparar mercado y que no se les escapen ni siquiera los consumidores que quieran correr descalzos.
Las zapatillas minimalistas son, en resumen, las que permiten correr como si se hiciese descalzo (aunque nunca es lo mismo). Son ligeras, flexibles, sin amortiguación, sin soporte para el arco plantar y con la misma distancia de suela en la parte delantera que en la trasera. Su función es la de proteger el pie de las irregularidades del terreno por el que se corre sin interferir en la manera de correr, dejando al pie funcionar de manera natural.
Punto 5: Para correr descalzo hace falta una transición
- Absolutamente cierto.
Si intentásemos correr descalzo aterrizando con el talón, comprobaríamos que a parte de ser tremendamente doloroso, estaríamos forzando el pie a aterrizar de manera no natural. En los países "desarrollados", llevamos zapatos desde que nacemos; zapatos firmes, con plantillas y con protección. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que esto hace que nos "acomodemos" al calzado y no se permita el desarrollo y el fortalecimiento de los huesos, músculos, tendones y ligamentos de los pies. Si después de pasar toda nuestra vida caminando y corriendo con calzado, intentásemos hacerlo descalzo o con un calzado minimalista, el pie quedaría totalmente desprotegido. Lógico. Por eso, antes de lanzarnos a hacer kilómetros, es necesario realizar una correcta transición que proporcione fuerza, movilidad y desarrollo a esos huesos, tendones, músculos y ligamentos "semiatrofiados" que tenemos en nuestros pies dormidos.
Continuará...
Salud!