Todavía recuerdo algunos comentarios vertidos en este y otros blogs, realizados por gente que criticaba el exceso de tamaño de los pulsímetros con gps de hace unos años. En especial se referían a los modelos de pulsera de Garmin Forerunner 205 y 305 -que comparados con los auténticos armatostes de sus predecesores, los 101, 201 y 301, se quedan en nada-, y cuyas dimensiones en relación con los modelos más modernos (y caros) de la misma marca, eran, efectivamente, bastante grandes. Aún así, por lo menos según mi experiencia después de estos casi 2 años con mi 305, tanto su peso como la comodidad, son bastante aceptables; y no hablemos de las prestaciones: muchísimas más de las que cualquier corredor popular (incluso los que se creen por encima de la media) necesitan para sus entrenamientos.
Todo esto viene a cuento porque esa gente que criticaba el uso de estos aparatos, son los que hoy día, víctimas de la fiebre "smartfónica" (adictos al smartphone o teléfono inteligente), no sólo han pagado más por el condenado aparato que por un pulsímetro de calidad, sino que además, están supeditados al enorme tamaño de éstos; los veo por ahí con semejante trasto adosado al brazo (ya que no cabe en ningún bolsillo) y con su desagradable luz iluminando todo a su paso.
Sí, probablemente justifiquen que con el smartphone se tiene "todo en uno", es decir, un teléfono gigante (curioso cómo la tendencia de ir consiguiendo que los teléfonos móviles fuesen cada vez más pequeños hasta hace unos años, se rompiese con la llegada de estos aparatos), delicado (o delicadísimo según el modelo), con el que puedes oír música (recordemos que con muchos de los antiguos también podías), con tecnología punta de comunicación social (tipo whatsapp -o whatsup-, es decir, el coñazo supino con su silbidito de aviso constante) y con una batería que tienes que cargar todos los días. Pero eso sí, tienes la opción de que todo lo que hagas -incluso correr- sea accesible para todos tus "amigos" al instante (vamos a llamarlos así, por coherencia con el sistema), sabiendo en muchas ocasiones dónde estás y teniendo la posibilidad de "mandarte palabras de ánimo"... De risa...
Al final, los viejos teléfonos, junto con los "ladrillos" de gps que algunos llevamos en la muñeca, resultaron ser, en su conjunto, mucho más ligeros, pequeños, baratos, efectivos y eficientes que las supermáquinas actuales, con todos sus gadgets y prestaciones ultramodernas.
Definitivamente, estoy fuera de onda, y a Dios gracias...
Salud!
4 comentarios :
Con los años solo pedimos que tenga los números grandes para poder ver, ja, ja... Más vale estar fuera de onda que sin poder salir de ella. Abrazos
Utilizo el garmin 305 a diario solo para tener información de kilometraje y ritmo, pero siempre entreno por sensaciones.
Nos vemos.
Mi Garmin 405 acaba de morir y no voy a comprar otro gps de momento. El día de la semana que haga series pediré el 210 a mi pareja y listo. Ya pasé esa etapa de conocer al milímetro cada paso
Eso de las palabras de ánimo (supongo que te refieres al runtastic) es una tontería es verdad, pero el smartphone tiene cosas buenas. Cuando salgo sólo al monte suelo poner el google latitude para dejar a la familia más tranquila. Puedes guardar mapas offline por si te pierdes. Naturalmente esto es más montañero que de running por ciudad.
También hay que tener en cuenta que muchos smartphones son más baratos que los Garmin, o incluso te los ""regalan"" con algún plan
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