Este es otro post que tenía pendiente desde finales del año pasado, y al leer esta noticia tan curiosa sobre la basura que generan los propios alpinistas que visitan el Everest (pa´ mear y no echar gota, vamos...), quise extrapolarla a una de las últimas carreras de montaña que tuvo lugar en la isla de Tenerife: la Anaga k42 (y su versión de 21km).
Aparte de acudir como espectador en algún tramo de la carrera, tuve la fortuna de conocer a una persona que realizó el recorrido (de los 21 km) una vez que habían pasado todos los participantes, incluída la "escoba" (persona encargada de retirar las balizas plásticas que señalizaban la ruta para evitar que los participantes se extraviasen, y a su vez servía de control para el último corredor). Pues bien, según su testimonio (y el de otros corredores participantes que conozco), durante todo el recorrido se encontró muchísimos desperdicios (envoltorios de geles y barritas energéticas en su mayoría), y en los alrededores de los puntos de avituallamiento, una masiva cantidad de vasos plásticos (propios del avituallamiento), pieles de frutas y otras basuras arrojadas sin miramiento por los propios corredores...
Y digo yo: pero coño, si has cargado con tus geles llenos y tus barritas sin abrir hasta el momento de comértelas, ¿tanto pesarán los envoltorios como para no llevarlos contigo?...
Supongo que parte de culpa la tiene la propia organización, que según mi punto de vista, debe hacerse responsable de todo lo que concierne a la carrera, basuras generadas incluídas, pero a quien quiero responsabilizar verdaderamente es a los propios participantes.
¿En qué cabeza cabe que una persona a la que le gusta correr por la montaña (que incluso paga por ello) sea capaz de arrojar desperdicios sin ningún tipo de reparo, aún sabiendo que en un par de día volverá por allí a entrenar o pasear de nuevo?, ¿cómo se puede ser tan irrespetuoso con el medio ambiente, con el resto de congéneres y consigo mismo?, ¿cómo puede la ignorancia ser tan dueña de todo y de todos?... Vergonzoso y penoso.
La verdad es que con esta gente poco se puede hacer, pero lo lamentable es que no son la excepción sino la norma (visto lo visto). Seguro que todos iban bien pertrechados con sus ropas limpias, sus "gadgets" último modelo y sus flamantes zapatillas, pero lo que verdaderamente les retrata son sus actos, patéticos y absurdos actos. En fin, el que se sienta aludido que revise su propia conciencia y el que no, que saque fuerzas y llame la atención a los desconsiderados que durante las carreras (o fuera de ellas) arroje basuras en el campo (y fuera de él).
Aunque retomando la noticia del principio, si alpinistas se trasladan al Everest, alquilan Sherpas, llevan consigo unos equipos impresionantes, pagan el viaje y demás gastos, y son capaces de dejar desperdicios en semejante lugar, ¿qué se puede esperar del guarro transformado en "trail-runner"?...
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda...
Salud!
5 comentarios :
Son las cosas de los humanos. Ahora sí, ahora no. Incongruentes, cambiantes, egoistas...
a los cuatro días seguro que van a correr por allí, se quejan de la suciedad y echan la culpa al gobierno.
Un beso
Ja, ja, como dice md, la culpa la tiene el gobierno. Besos
Algunos piensan que es jauja,en fin...un desastre...
Totalmente de acuerdo contigo. En mi participación en la k42 de hace dos años, me lleve los envoltorios en el mismo lugar donde los cargé durante la prueba. No entiendo porque al comer tienes que tirarlos al suelo. En fin, cada uno es como es, pero da pena ver este tipo de actitudes...
Tengo un par de compañeros que tienen una guerra particular en contra de esto y en cada cronica de sus carreras lo denuncian, pero tristemente es una guerra perdida porque correr por la montaña se esta poniendo de moda y la gente que sube no esta concienciada, repito una pena. Un saludico.
Publicar un comentario